10 de noviembre de 2007

Llanto en la tormenta

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Las preguntas se abalanzan como una tormenta muerta
que se impone ante el mundo y su verdad,
demacrando a los vivos y hundiendo aún más a los muertos,
poderosa pero incapaz de ser real.

Y las respuestas se vuelven prófugas,
fantasmas que desaparecen tras la carne de mi mente,
siluetas inspiradas por el miedo y las lágrimas,
inquietas y meras formas que me dejan sin nada entre las manos.

Las mañanas no ayudan con sus nubes caóticas en lo alto del cielo
mas el mediodía es una tonta esperanza que nos recuerda el hambre,
la hora del té aquí no existe
y la promesa de una buena cena nos permite llegar a la noche.

Mis pies se han teñido con la sangre ajena,
los huesos de mi cuerpo se han marchado dejándome colgado de un clavo,
se han plantando frente a mí y comenzado ha bailar,
si tan solo Romeo y Julieta me vieran:
“Cabalgando sobre la ropa que dejo su cuerpo,
ahogándome entre las prendas que aún conservan su olor,
si tan solo supiera nadar, entonces…
entonces nadaría a través de su sangre,
danzaría en lo profundo de aquella sustancia que la vio crecer
y finalmente llegaría y la acariciaría,
su piel inerte como mi cuerpo aquí colgado,
sus labios muertos como la sonrisa que reposa sobre el llanto,
su mano pálida como la mirada que ahora sufre buscando un lugar para escapar”.

Pero estoy aquí colgado y mis huesos no cesan de bailar
la danza de los que ya no tienen salvación,
marcando en cada paso mi tonta realidad,
sosteniendo entre sus flacos dedos mi vacía cabeza,
secando un dolor que no existe,
implantando frente a mis ojos la sonrisa nefasta de un payaso triste,
desplomando en cada movimiento una parte de mi,
deshaciéndose lentamente,
dejándome sin escapatoria.

Soy un prisionero atrapado por la tormenta,
un inocente niño que escapa de los fantasmas,
soy Romeo que observa sin consuelo a Julieta,
un despojo que mira sin entender porque yace allí ella muerta,
porque estoy aquí también yo muriendo,
un adorno del momento,
una maldita victima de la circunstancia.


vampiroscuro

3 de octubre de 2007

Violación

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Su forma femenina se deshizo en ilusión,
una pasajera rea que entra fértil a la cárcel
pero que salé carente del brillo propio de la virginidad,
la ilusión muere de tantas formas.

Desde el cielo no hubieron destellos de luna ni astros fugaces,
simplemente gritos e inagotablemente lamentos
peticiones de una moribunda silueta,
para las estrellas esa noche era feriado.

Los ojos se cerraron y sin embargo estaban lejos del placer,
el celo fue forzado, condenado sin previo juicio
los actos de un moribundo no son suficientes para ser juez,
los ojos se abrieron y la idealización del amor no era lo que en ellos se veía.

Pasaron los años y el bastardo fue coronado como rey,
la sangre roja no fue impedimento para tan hermosa celebración
y la gente ignorante y olvidadiza celebro y simplemente celebro,
el rey junto a su corona gobernó por muchos años.

La madre descansa hoy en una tumba lejana
su padre en su locura no sabe es padre y ríe todos los días en mundo lejano.

El rey crece, el tiempo pasa,
los frutos maduran y el pasar del reloj los pudre.


Vampiroscuro
17/09/2007

25 de septiembre de 2007

El pianista de los pies del manantial

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Corrí a ver tan hermoso sonido
que se acercaba a mis oídos
como la lluvia se acerca a bañar las hojas
de esté tan inmenso y grandioso bosque.

Las teclas tronaban y rebotaban
en lo más alto y profundo del nublado cielo,
incluso la tierra retumbaba
mi cuerpo entero se deshacía ante la exquisitez.

Sobre mi cabeza las inmensas hojas vibraban
excitadas, frenéticas, orgásmicas,
estimulaban mis pasos apresurados
distraían y a la vez complementaban la sinfonía
en mi interior descolocado, ausente, eufórico,
inherente a cualquier pensamiento o razonamiento lógico.

No había una voz, no había otro instrumento,
solo las teclas y sus notas navegando
cabalgando en esta inmensidad
desconocida, bruta, virgen, sin diseño,
amoldando los salvajes truenos a su antojo,
atrayendo en armonía suaves gotas
desarmando caótica cada pisada apresurada.

Corrí y corrí acercando a mis oídos la tentación
llevándolos a aquel sitio donde un sueño
se levantaría heroico ante su atónita finura.

Pero las pisadas se atarantaron a una ilusión
y se convirtieron en el sueño,
los ojos se nublaron y las pestañas cesaron en su acción,
la vida misma se desenfreno en un último suspiro
decaído y a la vez adrenalinico,
la tierra se acabo, la melodía trono desafinada
un último acorde y una última tonta sonrisa,
la fiebre de la perfección no me dejo expresar coherente mi tristeza,
me dejo caer por donde la tierra no existe.

El barranco se tendió a mis pies
lo hice mío vivo, y siendo mío, es que me vio morir,
la última descalibrada nota,
el último olvidado pensamiento.
Los sentimientos quedaron parapléjicos al escuchar la melodía.

vampiroscuro…
22/09/2007

10 de septiembre de 2007

Sin Papel

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La tinta negra se ha derramado sobre mis brazos mezclándose con mis venas alicaídas y a punto de fallecer, las letras corren sin correlación por mi piel fugándose en pequeños gorgoteos de sangre que se precipitan al exterior.

En mis ojos todo se ha coloreado suavemente, haciendo transcurrir los segundos como una vieja cinta de video deslizando imágenes cuadro a cuadro como marionetas callejeras, la vida misma se ha hecho cómplice de esta película que jamás será filmada.

La cabeza rebota contra el piso lenta y sin gravedad, la boca seca se estremece como si un beso mortal la encontrase en el fatal golpe, una visión tal vez infantil para un momento tan importante,
pero totalmente necesaria para el final de cualquier vida.

Más arriba una mano ha caído mirando el techo, abriéndose como si fuese una naranja perfectamente desgajada, confortando con su sombra un pequeño fragmento de la habitación,
un mínimo espacio de tan enorme y despreocupado universo.

La nariz carente de olfato se ha conformado con el roce de una mano húmeda, imaginando por última vez aquel aroma que tantas veces la acompañó.

Y los oídos se han tenido que volver sordos por causa del sufrimiento, albergando en su interior aquel grito desesperado e infeliz, conduciendo por sus orificios el alivio de la muerte abrazado por el dolor mas íntimo y chocante de la hermosa vida.

Yo me encuentro aquí sentado, mirando como mi cadáver se precipita sin fuerzas al final de sus días, observando cada cuadro con atención y tristeza, olvidando poco a poco las esperanzas.

Sintiendo como tus pasos se lanzan a mi fallecimiento, como tus dedos cierran lentamente mis ojos que comienzan a expiar en la oscuridad. Viendo como mi caída marchita la más hermosa de las rosas, llenando de lágrimas y miseria mi alma que se ha quedado junto a mi conciencia aquí congelada. !No puedo hacer más que cerrar los ojos y voltear mi cabeza!

El horror ha plantado nudos en mi garganta, incluso en este cuerpo transparente, y aunque en un acto impulsivo me he lanzado a sus brazos solo e conseguido abrazar mis propios despojos,
perdiéndome así en mi interior para jamás intentar siquiera volver a encontrar su voz.



vampiroscuro
21/08/2007

Impotencia

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Te pido que cierres los ojos
ya que no quiero veas los míos inundados por el placer.
Las dulces fresas caen sobre el cuchillo
qué indulgente se equilibra perfecto al medio de una indolente mesa.

Yo con una sonrisa en mis labios
permito seas la cascada que libre se lanza al encuentro de una suave roca.
La roca también se contrae
La suavidad de otras aguas es quien la ha pulido.

No dejes que el placer se apodere de mí.
Aleja mis manos de tu cuello y no permitas un arma entre mis manos.
La roca fue bendecida con el filo de un extremo
y el cuchillo creado para rebanar tras el perfecto equilibrio.

El despojo pasó a ser el horizonte de cada día
y las moscas los justicieros que desenmascaran tu piel ante mi impotencia,
víctima de un momento perdido en la felicidad
tu sangre ahora yace seca y ni siquiera puedo contentarme con beberla.

vampiroscuro…
28/08/2007

30 de mayo de 2007

Espejos Rotos

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Las miradas se cruzaron jugando a descubrir,
simples personas desterradas al pasar,
formas muertas y vivas alabando su propia existencia,
ciegos, mudos, sordos, sin tacto y sin olfato.

Observadores de la nada,
encantos nefastos,
como los hilos que atan la boca de aquel allí sentado,
sonámbulo ante una vida que se pierde en cada pisada.

No puedo evitar sonreír irónico como un bufón callejero que se burla de la ignorancia,
y es que de aquí los vivos se deforman a mí antojo,
los muertos sonríen,
yo sonrío.

Y ella distraída entre pensamientos observa,
y yo pienso,
pienso que esos ojos apagados no son suyos,
que esa piel pálida ya no le pertenece.

Sin sonrisas, nos congelamos,
¿ironías? ¿burlas?
No es tiempo de ser payasos,
sus ojos ¡sí! Sus ojos.

¡Los ojos de la dama revelándonos la verdad,
no es un pedazo de niebla perdida entre túneles iluminados,
los ojos de la dama revelándonos la real silueta,
no es un simple reflejo que viene y va!

Silencio… los gritos persiguen tan bella imagen,
no te distraigas, un ángel muerto se ha posado en tu mirada,
déjanos ver, a nosotros los vivos, a ellos los muertos,
tan angustiante e inimaginable cuadro jamás creado.

El gusano se acerca, los gritos se han apagado,
la oscuridad en sus ojos esta próxima a desaparecer,
¡el velo! sí, el velo a quedado allí tendido,
debo tomarlo antes que el gusano lo devore.

Uno, dos y tres, la mirada se despide, mas ya no estoy allí para despedirla,
¿la mirada se sorprende? Pues sin que me vea llego,
“Estoy aquí para preguntarle a la mirada la verdad”
“¿La verdad?”… (e salvado el velo de las manos mundanas de los sin conciencia)

¿Qué no has visto sus alas?
¿tampoco el brillo que adorna el celeste de sus ojos?
¿ni el blanco de su piel casi pálida?
¿solo alcanzaste a ver la forma sencilla de sus pies?

Has creído y ella se a mostrado,
sentido y tus ojos en un instante capturado,
yo guardo su velo, su recuerdo y espero nuevamente al gusano.

Caminare con este velo entre mis manos,
y esperare en mis ojos y en mi alma se refleje,
no la dama que en los tuyos a posado,
si no al señor, el alma en pena que tanto tiempo este velo a buscado.

Hasta pronto dama,
gracias dicen los muertos, gracias digo yo quien a tu lado me muestro vivo,
nos has regalado tus ojos para en un espejo observar al ángel, lástima se allá quebrado,
si hubiera tiempo, encantado te regalaría los míos para que te cautives con el amante.

Nos veremos, el tiempo se acaba,
estoy lejos del hogar y lejos del momento,
seré bufón de regreso, reiremos y nos burlaremos,
pero cuando lleguemos,
estaremos una vez más allí sentados, pensativos y serios,
siendo yo, mas solo seré otro simple y triste espejo,
el espejo que abrazara el infierno,
el espejo que mostrara al mundo de los vivos, al mundo de los muertos,
al demonio que se perderá entre los fragmentos,
al amante que se quebrara junto a este velo y su hermoso e inolvidable recuerdo.

vampiroscuro
15/02/07

¿Abrirás los ojos en la oscuridad?

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Te lamentas como si fueras una ave incapaz de levantar el vuelo,
una termita en un bosque de troncos de cobre y hojas de metal.
Sufres y simplemente sufres en aquella habitación sin puertas ni ventanas,
observando amaneceres y atardeceres que no existen.

Piensas que es demasiado difícil e inútil levantar un pie para luego tener que levantar el otro,
un esfuerzo decadente y sin sentido en aquel cuarto oscuro.
¿Has logrado alguna vez tocar una pared?
¿Has buscado una puerta o una ventana?

Narro lo que tus ojos ven, lo que tu alma le susurra a la mía,
pero tus ojos permanecen allí cerrados esperando y simplemente esperando,
y tus manos, aunque esperan la fortaleza de las mías, yacen decaídas sobre tus piernas,
aquellas que se han perdido sobre el miedo de caminar.

Tus largos cabellos cubren tu llanto desconsolado y ya sin fuerzas,
absorben la caída de las lágrimas que a estas alturas lastiman la piel.
Y tus labios, secos y partidos, se estremecen en cada roce,
se lastiman en casa contacto desatando pequeños y débiles hilos de sangres casi muertos.

Sé que a lo lejos escuchas el golpe pálido y lejano de mis pasos,
un tic – tac que viene y se va sin poder encontrar la entrada a la oscuridad que te rodea,
a tus sombras que entre segundos imprecisos absorben el latir de tu vida,
la majestuosidad de tu alma que en estos momentos agoniza sin esperanzas.

Por favor, te pido, un segundo de valentía para que abras tus ojos,
permíteme ver en la oscuridad el resplandor suave de tu mirada ahora moribunda,
enséñame con ellos el camino a los hilos de tus labios que se posan allí elegantes,
muéstrame el reflejo que deja la sal adornando tus brazos allí quietos y con leves espasmos de vida.

No te mueras, no te marchites allí sola y sin ánimos,
te ayudaré a vencer el miedo así como también a absorber estas pesadillas desconsoladas,
confortaré los latidos de tu corazón para llenarlos de vida,
y beberé aquellos hilos que se posan en tus labios para con la humedad de los míos curar de sus heridas.

Tomaré tus manos entre las mías y con caricias suaves las alimentaré de calor,
limpiaré uno a uno los pedazos de sal que el desconsuelo de tu soledad a dejado,
peinaré tus cabellos para invitarte a abrir una vez mas tus ojos,
y cuando el miedo los inunde nuevamente entonces te abrazaré para perderte en la oscuridad de mi pecho.

Así te protegeré hasta que tus alas puedan volar y surcar el cielo nuevamente,
así llenaré de madera tus bosques para que puedas alimentarte en paz.
Así dibujaré una puerta para que salgas y entres en tu nuevo avanzar,
así construiré ventanas para que en mis brazos observemos amaneceres y atardeceres de verdad.

Y dime: ¿Abrirás los ojos en la oscuridad?


Vampiroscuro…
09/02/07

16 de febrero de 2007

Llanto bajo la luna

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El destino es una montaña rusa de exquisitos hechos que hacen miserable la vida,
la vida a su vez, un laberinto lleno de puertas, de parajes hermosos, de paisajes desolados,
las puertas se tornan sobre nuestros ojos y solo podemos observarlas un momento para elegir,
aún cuando nuestras miradas son sinceras las puertas también se abren ante los dedos de los otros.

Entonces es cuando vemos entrar por ellas el odio,
la malicia también sincera de almas desgarradas por el amor listas para atormentar,
para sepultar nuestras almas entre palas frías e indulgentes,
entre abismos sin fondo, sepultándonos en un espacio que se dibuja hacia abajo.

Así es como vemos caer nuestros propios anhelos sin poder, sin querer hacer algo,
entregados a la miseria de ser oprimidos por su existencia,
talvez inconcientes, talvez arrepentidos,
pero siempre sinceros tras cada puñalada capaz de rebanar lenta el corazón.

Y entonces nos preguntamos de que sirve mirar ahora la luna hermosa que adorna la noche,
esa que nos ahoga entre lágrimas injustas y descalibradas,
nos preguntamos de que nos sirve ahora ese brillo que gobierna las estrellas,
ese mismo que nos maravilla, pero que es incapaz de privarnos de la angustia.

Así nos volvemos esculturas de algún antiguo cementerio,
esculpidos sin detalle y dejados allí pudriéndonos entre el musgo y el agua contaminada,
cadáveres olvidados incluso por los muertos,
deseando un rayo caiga del cielo para partir la piedra en dos.

El parque de diversiones perverso entonces se adueña de nuestra existencia,
de nuestra novela, el melodrama de almas que solo desean vagar tranquilas,
gritamos al cielo desesperados, sin saliva en nuestros labios,
y luego tomamos nuestra cabeza entre sollozos entendibles solo por la incomprensión que nos domina.

Queremos con el corazón en la mano ser rosas que se abren cada amanecer al sol,
árboles que se bañan desnudos y libres bajo la lluvia sanadora del invierno,
ser aves que disfrutan y saludan cada tarde hasta el mas débil de los vientos,
hojas de otoño que caen desde el cielo con la esperanza de morir en las manos del ser amado.

Pero la inconciencia de aquellos que nos abandonan destruye cada pétalo entre sus manos,
tala cada árbol sepultándolo bajo las lágrimas incesables del cielo,
invoca tempestades para quebrar nuestras alas y dejarnos así caer como rocas sobre el mar,
cierra la palma de su mano para quebrantar cada espacio de las hojas ya muertas.

Nos convertimos en victimas de lo que alguna vez construimos entre palabras hermosas,
victimas de lo que entre lágrimas amargas destruimos inocentes y sin muchas opciones,
las fuerzas nos abandonan, no nos podemos levantar, no nos queremos levantar,
solo resta sollozar y admirar, sollozar y reflexionar, sollozar y dejar nuestra alma fallecer en paz.

Dejarnos dominar por aquel brillo que nos cubre sincero en lo alto de las montañas,
dejar que la lluvia caiga sobre nuestras mejillas desgarrando pura la inmundicia de la pie,
Dejarnos quedar allí tendidos como marionetas de un teatro callejero que brinda la última función,
dejar que los hilos nos dominen, dejando que el tiempo transcurra como mejor se le plaza hacerlo,
dejar, dejar que los ojos se sequen, dejar que la noche termine para así simplemente caminar y no pensar,
caminar y no pensar, caminar y no sentir, caminar y simplemente caminar…

El rayo cae y entonces el alma se parte en dos…

Vampiroscuro…
30/01/07

15 de febrero de 2007

La Cruz de Oro - Cap. V

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La cruz de oro
Cap. V: El valle de la Luna


Sus alas apenas podían sostener las gotas de sangre que caían como aves en picada desde la cruz,
soportando ya casi inertes el dolor de aquellos picos líquidos y espesos.
Sin embargo el deseo de su alma lo elevo hasta quien lo mantuvo vivo tantos siglos,
rehusándose a morir, rehusándose a simplemente arrodillarse y dejarse caer.

Sus brazos se afirmaron como rocas recién pulidas por su escultor y se elevaron fuertes,
por sus contornos corrían ríos de sangre y palpitaba en cada herida un pequeño ingrato corazón.
Pero nada importaba, nada era suficiente para impedirle volver a palpar aquel rostro suave y tibio,
nada era suficiente para evitar congelar su mente y evitar así el sufrimiento de su cuerpo atormentado.

Un último grito se escucho en lo mas alto del cielo y en lo mas bajo del infierno,
lleno de escalofríos y enloqueció el alma de todos quienes lo escucharon,
entonces una cascada de plumas blancas con manchas rojas descendió desde las alturas,
y él, orgulloso hizo mover cada unos de sus dedos para aferrarla entre sus brazos.

El cuerpo de su ángel se dejo caer agonizante en ellos, sobre su rostro, encima de su cuerpo,
la sangre divina y la sangre del pecador se mezclaron como dos pequeños canales para descender sobre la cruz,
aquel lago angustioso y deprimente que ato sus almas entre días sin comienzo ni fin,
y como el mas ardiente de los fuegos quemo con cada gota la cruz partiéndola en fragmentos.

Los pedazos de aquel lago donde se bañaron los impuros cayeron ordenados uno tras otro,
sobre la roca se fundieron mezclándose y vaporizándose con la sangre allí caída.

Mientras la sostenía, dos ángeles y dos demonios los rodearon,
ni él, ni ella los miraron,
sobre el tablero la jugada estaba ya preparada,
no había forma de cambiar las piezas sobre el ajedrez.

Las nubes miraron la escena y conmovidas lloraron,
la lluvia cubrió el lugar, los cabellos del demonio se pegaron a él como los de un corcel bajo una cascada,
levanto su mirada profunda y calida y sobre las nubes vio su última esperanza,
los valles de las leyendas de los antiguos se dibujaban en su mente.

Dos ángeles levantaron sus arcos y apuntaron sus flechas,
dos demonios empuñaron sus espadas y prepararon sus pies para la carrera.

Ella miro a su demonio y en sus ojos vio el imposible de su deseo,
se aferro a su pecho y con las pocas fuerzas que le quedaban lo abrazo complaciente,
las alas del demonio por un segundo se desplomaron muertas como hojas de otoño,
sus brazos y piernas se abrieron repentinas y fuertes como un volcán que hace erupción sin previo temblor.

Las flechas salieron del arco rápidas como una gacela,
precisas como un búho que se abalanza sobre su presa en la oscuridad de la noche.
Los pasos se encaminaron fuertes como los de una leona hambrienta,
mientras el filo de las espadas se preparaba a rebanar la carne ya rebanada.

Sin importar nada los amantes estuvieron listos para quemar la única y última esperanza,
ella lo abrazo con fuerza en el cuello y apoyo, con lágrimas en los ojos, la cabeza en su pecho,
las alas se batieron una vez con fuerza hacia delante llegando a envolver a ambos,
y al instante se batieron como nunca antes hacia atrás para comenzar el último vuelo.

Las flechas se cruzaron y dos corazones sagrados cayeron rendidos sobre la sangre y oro fundido,
los filos se perdieron y atraparon en dos corazones fuertes que jamás volvieron a latir.
Dos ángeles y dos demonios cayeron en silencio.

En el cielo una lluvia de plumas negras cubrió la tumba de los cuatro guerreros,
las nubes en el cielo sin siquiera pensarlo se vieron atravesadas por el amor fortuito de dos formas,
las estrellas se volvieron entonces fugaces para abrir paso al mar de lágrimas que los visitaba,
la luna, en lo mas alto de esta parte del universo, abrió sus brazos y extinguió su luz para darles la bienvenida.

Solo un cuarto de luna quedo alumbrando los parajes del teatro ahora muerto,
y las nubes orgullosas se interpusieron desafiantes dispuestas a impedir el paso.

El demonio cayo sobre la hierba verde y hermosa que deleitaba a sus agonizantes ojos,
al tiempo que hasta la última de sus plumas dibujaba el camino recorrido por aquel cielo,
de espalda sus brazos se abrieron sin fuerzas para dejarse caer suaves y cansados,
y entonces una ráfaga de viento elevo aquellos cabellos dorados de unicornio.

Ella levanto su cabeza moribunda mientras que las cuatro lunas hacían brillar el profundo de sus ojos,
cansada y preocupada la nivelo hasta la de su única y real esperanza,
y en un beso estremeció cada milímetro de las venas del demonio,
ilumino cada flor, cada árbol, cada fruto que allí los observaban mudos.

Las cuatro lunas como testigos dieron fe de lo que fue en la única luna desde aquel teatro vista, sucedió.

Los labios de él sonrieron y se dieron ánimos para levantarse y en sus brazos levantarla,
asombrado como un niño haciendo su sueño realidad dejo caer un par de lágrimas mágicas,
se acerco al oído de ella y susurro:
“Bienvenida a donde nadie nos podrá encontrar jamás, bienvenida al valle de las leyendas, el valle de la luna”

El beso mas hermoso y puro entonces deleito los ojos del universo entero,
las estrellas brillaron como jamás en toda una eternidad lo habían hecho.

Los seres en aquel mundo lejano, maravillados, deseaban seguir su propia historia y se negaban ir tras el milagro,
y los amantes, los amantes en aquel beso prohibido sellaron la bondad de su amor.

El valle de la luna con su esperanza se lleno de vida,
y sus corazones latieron inmortales,
las alas oscuras del demonio se mostraron hermosas mientras sostenía a su ángel,
las cuatro princesas iluminaron la oscuridad que eternamente han visto los hombres,
luciérnagas llenas de energía,
la reina nocturna por segundos llena de amor y armonía.

Entonces susurros de testigos se preguntaron allá muy lejos:
“Tendrás demonio la fuerza para en los confines del universo luchar herido una vez más por tu ángel moribunda?”

La noche aquí no conoce el transcurrir del tiempo y el demonio se deleita,
el canto de ángel aquí se escucha hermoso rompiendo el mas bello de los silencios jamás escuchado,
los besos son eternos, el amor prohibido de los amantes, infinito.

Vampiroscuro
26/01/07

5 de febrero de 2007

La Cruz de Oro - Cap. IV

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La Cruz de Oro
Capitulo IV: El Herrero, el escultor.

En tiempos lejanos, donde la vida apenas era una moribunda doncella perdida en la oscuridad,
el oro brillante y puro de los dioses fue concedido al herrero sin manos ni pies,
aquel encadenado sobre una pared de mármol,
con labios mudos y bellos cabellos amarillos como rayos del sol descendiendo por su faz.

Siempre quieto en el aire, el herrero de la mirada fría y abrigadora,
el herrero de las leyendas, de los cuentos jamás contados,
creaba con su mirada las obras ocultas junto a los tesoros de dioses y demonios,
la mirada prohibida que podía con el desenfreno del alma.

La tarea fue entregada en una carta de brillantes letras, de finas escrituras,
y el herrero en su desconsuelo comenzó a crear la tumba de los condenados,
la Cruz de Oro, el manjar mas hermoso y mortal nunca antes preparado,
el fin de la existencia para aquellos que nadan contra la corriente de aquel mundo lejano.

Con lagrimas el herrero pulió cada detalle,
sin brillo en sus ojos dibujo hermosas formas en el oro,
en momentos deseo tener pies y manos,
para caminar y poder romper entre puños la creación perversa.

Su tristeza saco un llanto de sangre el cual martillo finas y fuertes cadenas en los pies de la cruz,
la mejor obra para el peor de los propósitos,
ángeles y demonios rogando piedad al cielo adornaban los confines de la sustancia brillante,
todos vivos y todos muertos.

El herrero sin nombre y apellido odio su don y su poder,
miro el techo sin poder encontrar el cielo para implorar perdón por complacerlo,
al tiempo que observo el suelo sin poder encontrar el infierno y repudiarlo por tal petición,
entonces miro la cruz y deposito en ella una ultima esperanza.

La esperanza de los que ya no tienen fe la llamo,
junto a esa ultima esperanza se fue el ultimo latir del herrero ahora decadente,
el manjar entonces estuvo listo para ser probado
la delicia entonces estuvo lista para deleitar el mas fino de los paladares.

El herrero convertido en escultor dejo caer la cabeza para que se levantara la cruz,
y dijo:”Que la esperanza de los sin fe algún día te destruya”
el ser sin voz hablo y los presentes fueron condenados al escuchar el milagro,
fueron entonces los primeros panes en ser untados.

Ellos entre la luz y las sombras sonrieron,
enceguecidos por sus poderes contemplaron como niños contemplan un nuevo juguete,
extraídos de si mismos, absorbidos por lo que ellos mismos prohibieron,
así la cruz en el limite fue plantada, y sus raíces jamás, por siglos, arrancadas.


vampiroscuro
19/01/07

La Cruz de Oro - Cap. III

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La Cruz de Oro
Capitulo III: Testigo

En las tierras altas la santa y el pecador han sido condenados,
sus rostros pálidos por la falta de vida descansan inertes,
a lo lejos parecen dos formas ya muertas que se preparan a nacer,
contemplándose, admirándose, idolatrándose.

La musa entre las espinas de metal se desase para el deleite de su amante,
su amante encadenado a los azotes del justiciero salpica gotas inmortales en regalo a su doncella,
enajenados al dolor, idos y perturbados por el otro,
deseando solo que todo acabe para poder estar juntos, pero solo acabará con sus cuerpos muertos.

Nosotros solo observamos, somos testigos mudos de los dioses,
asombrados por la escena en millones de años jamás vista,
dos gusanos jugando a ser mariposas
dos moribundos jugando a ser señores.

Los pezones del ángel se endurecen como una rosa que se duerme a la noche,
al tiempo que su cuerpo entero se llena de pequeñas contracciones,
su espalda se encurva como una babosa al sol,
pero lenta, suave y delicada ante el dolor que se cala por sus venas.

Su rostro se mueve sutil y lento de un lado a otro,
mientras que los ojos los sostiene fijos y atentos al espectáculo que brinda su amante,
en sus labios ya no hay fuerzas,
y los susurros parecieran perderse sin poder llegar a su destino.

El demonio pareciera morder su lengua y contener los nervios del rostro,
todo su cuerpo se retuerce por si solo con cada marca que dejan los látigos.

Las nubes estremecen sobre la Cruz de Oro conteniendo sus lágrimas,
por ahora solo se permiten refrescar los azotes con una cálida brisa.

Los dedos parecen despojos de algún cuervo dejo allí olvidados,
y el negro de sus alas pareciera desteñirse con la sangre que las cubre,
no creo en su garganta allá mas que cuajos de sangre pudriéndose,
es fuerte, pero no lo suficiente para los azotes descontrolados de un condenador.

En sus muñecas están las marcas y tres agujeros que calan a ver sus venas,
las cadenas celestiales han hecho, al parecer, bien su trabajo,
la mueca en forma de grito de su cuello estremece nuestras miradas,
parece una animal deforme y herido que se revuelca desesperado para alcanzar a la manada.

El espectáculo es solo digno para lo que guardan sus corazones,
han hecho llorar al cielo y al infierno, a la vida y a la muerte.

Sus almas se rehúsan a quemarse y sus ojos ahora brillan ante el brillo de la luna,
¿Se podrá levantar el demonio y cortar las alas de su ángel para escapar a donde nadie jamás ha ido?

Solo me queda inclinarme como un sirviente ante su rey,
¿Ella tendrá la fuerza para besar sus labios y beber su sangre oscura?
Mis lágrimas también acompañan su dolor,
¿Tendrás demonio la fuerza para en los confines del universo luchar herido una vez mas por tu ángel moribunda?

La lluvia cae...
Que el universo se apiade de sus almas...


vampiroscuro
16/01/07

15 de enero de 2007

La Cruz de Oro - Cap. II

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La Cruz de Oro
Capitulo II: Desde la Cruz

Sus labios están secos como el mas viejo de los desiertos,
y suaves como un pétalo de rosas recién nacido.
En el aire susurran sueños y románticos anhelos,
historias que caminan de la mano de sentimientos pasados y futuros.

El aire en aquella quietud sin tiempo pesa,
sus alas son una carga que su espalda apenas puede sostener,
desgarrando en minutos infinitos cada milímetro de su blanca espalda,
elevando al cielo de cuando en cuando gritos hermosos y fascinantes.

Sus ojos observan mi dolor y lo compara con el propio,
desea sus gritos se eleven en un coro desgarrador junto a los míos,
que la vida y la muerte lloren,
que el cielo y e infierno se unan en la misma sinfonía de exquisito terror.

Mis alas están caídas pero con cada gota de tu sangre se llenan de vida,
su cuello apenas sostiene el peso de sus finos y largos cabellos,
no comprende como la sangre de mi corazón muerto podría hacer latir con fuerza el suyo que aún vive,
encender su cuerpo para devolver el rosado de su piel que se pierde entre un segundo y otro.

Su cruz de oro y fina escultura se impone ante mi cuerpo caído a sus pies,
tallada por quien pule cada detalle del palacio de los dioses.
Sus muñecas son el complemento perfecto para aquella bella creación,
atadas a la belleza de la muerte celestial de un ángel.

Las púas que rodean el desnudo de su cuerpo provocan cortes perfectos,
su alma llora y a ratos se calma con los gritos mudos de la mía.
Sus labios susurran mientras mi cuerpo se debate entre segundos alargados,
sobre momentos que pronto acabarán con mi cadáver allí tendido.

Me preguntas: ¿Morir como un valiente o morir como un cobarde?
Y es entonces que me observas elevarme hacia a ti entre latidos casuales,
encuentras tus ojos en los míos y te maravillas como brillan en la desesperanza,
ahora además de tu dolor sientes el mío, además de tus lágrimas tienes las mías para inundar tu alma.

Mis brazos se estiran tiritando hacia tu cuerpo que apenas vive,
sientes como se desgarran por la pared de espinas,
mi sangre mezclándose con la tuya,
amos y señores del dolor antes de la vida, después de la muerte.

Tus labios ahora se humedecen con el tibio de mi sangre,
al tiempo que mis dedos tiran de tus alas y las dejan caer entre santos y pecadores,
mis alas ahora son las que te cubren mientras las espinas caen entre lo que fue muerte y sufrimiento,
las que ahora te elevan a lo que será nuestro nuevo amor, bajo su brillo, nuestra nueva vida.

vampiroscuro
14/01/07

14 de enero de 2007

La Cruz de Oro - Cap. I

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La Cruz de Oro
Capitulo I: Bajo la Cruz de Oro

Mi corazón late muerto y alborotado,
el deleite de la decadencia se pasea ante sus ojos,
quebrajando los hilos de la conciencia y la cordura,
volviendo espesa la bruma de la locura en su interior.

Cada golpe duele y conmueve mis ojos,
mi pecho se infla como un gusano recién alimentado,
solo falta el pie, el justiciero que lo reviente,
que lo haga estallar para esparcir su sustancia en este suelo infértil.

En cada pestañeo los segundos se vuelven inmortales,
volviendo la existencia miserable y poco grata de vivir,
perdiéndola entre gritos insonoros,
amarrándola a la desesperanza de los muertos.

Y tú, tú ángel misericordioso me observas quieta y sorprendida,
majestuosa y extrañamente cautivada,
admirada por el accionar de tu Dios insaciable,
enamorada del dolor que corre por cada una de mis venas.

Y yo… yo simplemente suspiro ante tu rostro perfecto,
ante tus alas blancas y grandiosas como la punta de un volcán virgen,
simplemente suspiro y me encanto con tu cuerpo desnudo,
con el rosado de tu piel que transmite un suave y tibio calor.

Pero cada vez que en segundos eternos mis ojos se cierran me alejo de tu imagen,
de tus ojos inocentes y encendidos por mi sufrimiento, por mi angustia.
Tu mirada esta llena de cuestionamientos y preguntas,
a un paso de pecar y al mismo tiempo a un paso de probar a Dios tu falta de lujuria.

Mis costillas se estremecen entre espasmo eléctricos,
al tiempo que los golpes desarman mi pecho,
grito para tus oídos como un niño desesperado,
con la boca cerrada, con la garganta muda y con la cara carente de expresiones.

¿Simplemente observaras mi ángel pecadora?
Ven, toca mi pecho que se desarma en cada latido,
siente como mis costillas se estremecen cada vez que inhalan aire,
escucha de cerca los gritos que deleitan los llantos de tu alma.

Toma mi mano que apenas puedo elevar hacia tu cruz y perdámonos para siempre,
déjame enseñarte la santidad de los pecados, enséñame la maldad del sano actuar.
Toma mi mano que en pocos segundos caerá rendida junto con mi cadáver y sanemos nuestros espíritus,
déjame romper esa cruz y cortar tus alas, dejaré calmes mi corazón para fascinado ensangrentar las mías.

Así, ven a mí como yo voy hacia ti,
probaré el cáliz de la vida en tus labios mientras tu pruebas el de la muerte en los míos,
cubriré en un abrazo apretado tu cuerpo y consumaremos nuestro acto prohibido y condenado,
tu sangre en mi sangre, mi sangre en la tuya, desde hoy hijos y amantes de la luna.

Vampiroscuro
13/01/2007

8 de enero de 2007

Déjame Sentir Paz

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No me obligues a mirar el cielo como queriendo encontrar algo en él,
déjame encontrar la armonía en esta cueva oscura y magnifica,
no es ayuda lo que necesito, no son tus rezos los que me elevaran al cielo,
déjame de una vez, no quiero comer mi corazón que aún late como pez fuera del agua.

Los lamentos están regados por todas estas paredes,
¿Por qué insistes en que sigan saliendo por mis ojos ya cansados?
Los desencantos están tirados uno por uno en este suelo áspero,
¿Por qué tratas una y otra vez de levantarlos para dejarlos tan dentro de mi alma?

No quiero el perdón de mis pecados,
déjame sufrir por cada uno de ellos intentando resolverlos como el mejor de los sabios,
no son tus ojos los que traen tranquilidad a los míos,
déjame cocer la piel de mi pecho y gritar en silencio cada zigzagueo.

Los espíritus no podrán derribar la fortaleza de esta alma inalcanzable,
¿Por qué no me dejas disfrutar mi mortalidad en paz?
Los justos no pagaran por mis pecados,
¿Por qué no tragas cada una de tus palabras y te las llevas de este, mi lugar?

No es la tumba de nadie la que cavo cada noche,
déjame disfrutar del viento glacial y perderme en algún lugar en él como si fuese un grato sueño,
no es tu camino el que mis pasos quieren seguir,
déjame en libertad, tus cadenas queman y llenan de heridas mi alma.

Los susurros que elevo al viento no son para tus oídos,
¿Por qué entonces atrapas cada uno y lo encierras en algún lugar para ti?
Los versos que escribo con sangre no son para el deleite de tus labios,
¿Por qué insistes buscar la inmortalidad a través de ellos?

No es tu cruz la que cargaré sobre mis hombros desnudos y lastimados por tus azotes,
déjame limpiar la sangre que has hecho correr por mi cuerpo y olvidar,
no es odio lo que tengo, ni siquiera rencor,
déjame solo para poder sanar mis heridas, déjame solo para poder encontrar el camino.

Los caminos se han mostrado ante mis ojos y yo esta vez quiero seguirlos,
¿Por qué no me dejar partir en silencio y sana tranquilidad?
Los senderos me traerán un día de regreso y podremos recordar,
¿Por qué no trabajas como yo para renacer y hacer de aquel momento el día que nos llenemos de paz?

vampiroscuro
05/01/2007

Encuentro con un sueño perdido

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La nostalgia del amor camina por mis venas y tiñe de azul mi sangre,
el latir muerto golpea, el sendero de la bondad se revela ante mis ojos,
la sutileza del existir saborea sonrisas en mis labios,
luz y oscuridad contrapuestas en el mismo rostro, en el mismo caminar.

Mi corazón es el de un vampiro que se desborda con el roce de aquel amor mudo,
un sentimiento que solo tu silencio comprende entre nuestros pasos calmados y serenos,
sensaciones que inspiran miradas sinceras al y la luna,
un despertar que me eleva en sueños.

Dispuesto a ser inmortal para como un caballero ver el umbral ante mis ojos,
y para con sutiles golpes llamar a las puertas de tu alma maravillándome en ella,
teñir mi cuerpo de ese azul de pétalos de rosas que en ella con tanto esmero cultivas,
tocar para ti la sinfonía de latidos que solo un corazón reciñen nacido puede interpretar una vez en la vida.

Encontrarme y encantar las nubes transparentes de tu espíritu,
aquellos jardines perfectos que se extienden por toda esta faz,
que cubre cada rincón volviéndolo hermoso y puro,
mis ojos no pueden contener tanta hermosura en su mirada.

Sería un placer poder morir aquí, en tu alma,
buscar entre estos parajes rosas blancas y teñirlas de un suave rojo,
transformando la muerte en vida y dejar un recuerdo hermoso,
las rosas rojas sin espinas en el jardín donde jamás nadie podría cortar siquiera una.

Si los ángeles conocieran un lugar como este entonces dejarían el cielo,
pecarían y cortarían sus alas para convertir esto en un edén,
el edén de los caídos,
la Atlántida perdida de este universo espiritual.

Aquí las lágrimas hacen florecer ilusiones que se convierten en sonrisas,
mostrando futuros y sueños desbordantes y magníficos

Las leyendas jamás podrían a ver siquiera pensado en un lugar como este,
aquí nadie puede llegar, aquí solo la luna puede salir en las noches,
y el sol mostrarse apenas cálido en el día.

Tu alma es el mundo que en sueños han proyectado mis ojos,
el paraíso donde un demonio puede descansar en paz junto a un ángel,
escuchando como cada mañana su corazón late y no casualmente muerto,
simplemente late, entero y extraordinariamente vivo.

Tu alma,
mi edén, mi Atlántida perdida.

vampiroscuro
04/01/2007

5 de enero de 2007

Caja musical de una Doncella Nocturna

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El cielo se mueve como si quisiera dibujar nuevos contornos en el horizonte,
flota magnifico convirtiendo el día en noche,
tiñéndose de rojo formidable ante el recuerdo de guerras pasadas,
despejándose majestuoso para mostrar a su bella y encantadora doncella.

Las nubes danzan para recibir a la dama que los iluminara en la oscuridad,
aquella que llena dibujara fascinantes formas en sus relieves blancos,
haciendo incluso brillas las rosas de verano que se elevan exquisitos,
transformando sus espinas en finos y bellos detalles.

Hoy la noche luce hermosa,
es la camada perfecta para caminar y limpiarse en un baño de lágrimas,
perfección incomprensible para aquellos que viven del sol,
mas aún, decadente para aquellos que viven en él.

Las estrellas iluminan desde distancias lejanas,
acompañan el delirio de la madre sombría,
estrellan sus esperanzas en su manto oscuro,
un rezo capas de remover, incluso, el alma del mas alto de los dioses.

El manto oscuro se torna indestructible,
vuelve todo inmortal bajo sus telares sombríos,
llena de sabiduría almas y corazones,
purifica sentimientos.

Los árboles danzan al ritmo de las brisas marinas,
sin duda un baile hermoso para deleitar a su reina nocturna,
lleno de detalles e inigualables movimientos de sabios,
los mas antiguos y formidables.

El tiempo pasa,
las horas se acaban,
la muerte de la doncella paciente se acerca,
el nacimiento del rey esta próximo.

En el fondo la luz nubla los ojos mas agudos y encanta a la muerte convirtiéndola en vida,
después de tan bellos espectáculo el rey dice “hoy no es un día para morir”
las hojas se elevan en reverencias de bienvenida y adioses,
las rosas se cierran solo para volver a florecer imponentes.

El día a llegado y mis ojos comienzan a cerrarse aliviados,
mis susurros caminan de la mano de las estrellas,
se han perdido en el lado oscuro del encanto mas preciado de la noche,
en la caja de música mas hermosa del universo.

Vampiroscuro
04/01/2007

Volver a Ver

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El sol a calentado mi cerebro y lo a convertido en un mal licor de verano,
hirviendo sus entrañas en pensamientos que no tienen principio ni fin,
ideas que se debaten entre presentes, pasados y futuros de muchos mundos,
muchas son las constelaciones que pasean ante mis ojos.

Al menos la brisa pierde las ideas en detalles del momento,
aquel viento a veces tibio a veces frío, pero siempre calido,
reconfortante y aliviador, un abrazo del mundo para un alma atormentada,
desvelada en las noches por la existencialidad de sus razonamientos y sentimientos.

Y en la soledad de un hogar lleno de vida que en mi presencia muere es que veo,
veo como no pertenezco, como deje con el tiempo de pertenecer a todo.
Mis ojos se sellaron inconcientes ante la oscuridad y ante la luz,
Y así es como conocieron la nada, la real y verdadera nada.

Presente en todo y a la vez perdido de todo,
pero entre circunstancias mis ojos hoy quieren volver a ver.
La imagen de aquella voz que volvió la audición a mis oídos me atrae,
me invita a verla con mis ojos y no a imaginarla con mi mente.

Ayer todo era confuso y una u otra dedición causaba dolor,
sufrimiento ante la adversidad de no entender, de no aceptar el propio momento,
hoy las cosas son mas claras y recuerdo, vuelvo a ser,
comprender que se puede ser feliz en la luz, que se puede vivir en paz en la oscuridad.

El sol en estas tardes es imponente y ni siquiera las nubes pueden protegerse entre si,
pero siento que con mi sombra puedo proteger una pequeña parte del mundo,
una pequeña parte de aquel corazón que camina a mi lado sincero,
un pequeño centímetro de este inmenso y tan hermoso universo.

Espero cuando el sol acabe su reinado poder volver a aquella gran piedra fornida,
grande, formidable y apaciguadora,
encantadora en su monstruosidad, en su rigidez,
fuerte ante aquellos que la abaten, poderosa ante esa lluvia que se deja caer casi muerta en sus brazos.

Ir y esperar formidable aquellos vientos recién nacidos,
aguardar encantado esa lluvia que comienza a morir,
limpiar una vez mas mi alma y llenarme de aquellos oscuros secretos,
comenzar a existir poco a poco, lentamente.

Elevar y al mirada al cielo y ver que mis ojos al fin podrán ver la figura que los acompaña,
la forma que los encanta y los atrae a estar una vez mas vivos,
ver el corazón sincero que mis sombras tanto se han esmerado en proteger,
sentir, sentir que puedo comenzar y volar de nuevo.

Vampiroscuro
30/12/2006

4 de enero de 2007

E Muerto en mis propios brazos

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E muerto en mis propios brazos y llorado por mi ausencia,
encantado por la expresión decadente y apagada de mi mirada,
asustado y aterrado por aquella expresión carente de sensaciones,
espantado y atraído por mis propios ojos sin vida.

E muerto en mis propios brazos y me fascina,
me fascina ver como mis manos han quedado congeladas como pequeñas ramas secas,
y como mi cuerpo entero se ha vuelto un bulto de carne que pronto se pudrirá lejos de la vida,
ver como mis fuertes piernas no son mas que el recuerdo de sus propios pasos.

E muerto en mis propios brazos y me horroriza,
me horroriza el delirio que guardan mis labios en una sonrisa blanca y fría,
y como mi rostro carente de emociones se muestra abstractamente aliviado,
ver como mi alma se ríe a carcajadas dentro de esta cáscara que se desintegra en cada nuevo segundo.

E muerto en mis propios brazos y me maravilla,
me maravilla ver como mi boca seca y putrefacta ya no puede pronunciar mas palabras,
y como mi corazón atormentado se revuelca en los dientes de asquerosos gusanos,
ver como hasta la última gota de sangre es bebida por aquellos insectos sin conciencia.

E muerto en mis propios brazos y me asusta,
me asusta quedarme solo ante la mirada demoníaca que proyectan mis ojos ya caídos,
y como su fondo siniestro muestra cada uno de mis pecados,
ver como muerto vuelvo a sufrir cada uno de aquellos momentos.

E muerto en mis propios brazos y me abstengo,
me abstengo a la idea de no cortar yo también mis brazos y morir junto a mi cadáver,
y ante como la sola idea me reconforta y me transporta a un placer de un momento infinito,
ver como la sangre se entremezcla con la de mi fantasma.

E muerto en mis propios brazos y me apasiona,
me apasiona el blanco manto de muerte que proyectan mis mejillas secas,
y como mis lágrimas las acarician tibias y solitarias,
ver como cada una dibuja un camino al descender por aquellos parajes inertes.

E muerto en mis propios brazos y me lleno de desesperanza,
me desespero al ver que no puedo hacer nada por mi mismo,
y como el manto negro comienza a cubrir cada centímetro de mi ser ahora hermoso,
ver como el blanco carmesí me abandona.

E muerto en mis propios brazos y me atormento,
me atormento por no entender que hago vivo y muerto,
y como la vida sujeta mis brazos mientras la muerte se lleva mi cuerpo,
ver como mi corazón aún late mientras mi alma yace allí… en ahora sus brazos… muerta.