15 de enero de 2007

La Cruz de Oro - Cap. II

La Cruz de Oro
Capitulo II: Desde la Cruz

Sus labios están secos como el mas viejo de los desiertos,
y suaves como un pétalo de rosas recién nacido.
En el aire susurran sueños y románticos anhelos,
historias que caminan de la mano de sentimientos pasados y futuros.

El aire en aquella quietud sin tiempo pesa,
sus alas son una carga que su espalda apenas puede sostener,
desgarrando en minutos infinitos cada milímetro de su blanca espalda,
elevando al cielo de cuando en cuando gritos hermosos y fascinantes.

Sus ojos observan mi dolor y lo compara con el propio,
desea sus gritos se eleven en un coro desgarrador junto a los míos,
que la vida y la muerte lloren,
que el cielo y e infierno se unan en la misma sinfonía de exquisito terror.

Mis alas están caídas pero con cada gota de tu sangre se llenan de vida,
su cuello apenas sostiene el peso de sus finos y largos cabellos,
no comprende como la sangre de mi corazón muerto podría hacer latir con fuerza el suyo que aún vive,
encender su cuerpo para devolver el rosado de su piel que se pierde entre un segundo y otro.

Su cruz de oro y fina escultura se impone ante mi cuerpo caído a sus pies,
tallada por quien pule cada detalle del palacio de los dioses.
Sus muñecas son el complemento perfecto para aquella bella creación,
atadas a la belleza de la muerte celestial de un ángel.

Las púas que rodean el desnudo de su cuerpo provocan cortes perfectos,
su alma llora y a ratos se calma con los gritos mudos de la mía.
Sus labios susurran mientras mi cuerpo se debate entre segundos alargados,
sobre momentos que pronto acabarán con mi cadáver allí tendido.

Me preguntas: ¿Morir como un valiente o morir como un cobarde?
Y es entonces que me observas elevarme hacia a ti entre latidos casuales,
encuentras tus ojos en los míos y te maravillas como brillan en la desesperanza,
ahora además de tu dolor sientes el mío, además de tus lágrimas tienes las mías para inundar tu alma.

Mis brazos se estiran tiritando hacia tu cuerpo que apenas vive,
sientes como se desgarran por la pared de espinas,
mi sangre mezclándose con la tuya,
amos y señores del dolor antes de la vida, después de la muerte.

Tus labios ahora se humedecen con el tibio de mi sangre,
al tiempo que mis dedos tiran de tus alas y las dejan caer entre santos y pecadores,
mis alas ahora son las que te cubren mientras las espinas caen entre lo que fue muerte y sufrimiento,
las que ahora te elevan a lo que será nuestro nuevo amor, bajo su brillo, nuestra nueva vida.

vampiroscuro
14/01/07

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