30 de noviembre de 2006

Lágrimas de Sangre

El impacto de la luz enceguecen mis ojos ensangrentados por la oscuridad,
no aquella producida por las sombras, no aquella proyectada de cara al sol o la luna,
sino la oscuridad del alma perdida entre tormentos y anhelos sin respuestas,
sombríos pasos que divagan entre lo que sienten y entre lo que dibuja la realidad.

Las lámparas del castillo mueren en cada intento de iluminar la sala,
el lamento del alma que no cesa entre estos velos de seda vírgenes,
como si llorar entre estas paredes tan delicadamente decoradas tuviese algún sentido,
algún motivo que justifique en la realidad cada gota de sangre que se escapa de mis manos.

A momentos la locura cruza la raya y gana la guerra,
convirtiéndome en un demente que solo es capaz de apreciar con su mirada la nada,
el crepúsculo indecente de un alma sin dios ni demonio,
un espectro vacío que se consume en el imposible de sus sentimientos.

Un piano encerrado en una caja de música resuena en mi mente,
aquella melodía que en secreto tanto nos identifica.
Como si los poetas muertos y decadentes existieran
¿Acaso un alma como la mía tiene derecho a vivir entre la carne fresca?

El perfume de tus labios secos se a perdido en mi alma y la mantiene en este estado sonámbulo,
esperando el momento para ser enterrado o elevado al cielo en un sí,
sepultada en la soledad de su tumba en un no,
quisiera estar cuerdo y conciente.

El cristal de tus ojos a inspirado promesas que debo cumplir,
las cadenas que atan mi sonrisa han de ser rotas y dejadas oxidadas,
y las fuentes ensangrentadas que alimentan mi mirada selladas,
el olvido debe descansar en la melodía prisionera que suena en mi mente.

La alegría y la tristeza tiene tantas caras,
espero saber distinguirlas mientras tu corazón lata junto al mío,
el cadáver que con tanto cariño e utilizado tantos años hoy sonríe,
atado a la promesa de guardar la sangre de demonios santos.

Ahora la cordura a ganado su propia batalla de la mano de la propia inconciencia,
el castillo en el silencio y soledad de sus salas encuentra paz,
encuentra un susurro de esperanza para afrontar el destino,
para aceptar y consumirse por siempre de la mano de la pobre, triste y también alegre: verdad.


vampiroscuro

21/10/2006

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