30 de diciembre de 2005

Virus

Los pasos se pierden entre destinos corruptos por la conformidad inalcanzable de los tiempos,
el diario vivir, el sudor de animal enfermo que sale por nuestros poros siempre sucios,
aún cuando creemos están limpios, cuando creemos estar conformes, siguen sucios,
creyendo, creyendo sin voluntad, enfermos de nosotros mismos.

¿A dónde se fueron aquellos días de libre voluntad? me pregunto,
días de guerras inagotables pensando entre lo que queríamos, debíamos y soñábamos hacer,
una guerra interior que nunca tenía el mismo resultado,
días que albergaban una furia sana, un odio sincero, un sentimiento real y palpable.

Hoy camino por las calles de esta ciudad corrompida por el amor y la sinceridad,
recordando aquellos días de soles poderosos en el firmamento,
día de lluvias infernales que amenazaban con derribar nuestros secretos, vientos gigantescos que día a día nos sorprendían, haciéndonos desear que se fuesen, que se quedasen.

Pero todo a quedado repentinamente atrás, perdiéndose entre los incesantes parpadeos de una mariposa,
resguardándose en el recuerdo nostálgico de unos pocos que aún tienen la capacidad de pensar,
la capacidad de decir no, la capacidad de decir sí, la capacidad de decir no sé.

En cada paso levanto mi mirada para solo escuchar gritos ciegos y agonizantes, al mismo tiempo levanto mis oídos para solo ver el lamento y la desesperación del amor,
mis manos se retuercen ante el olor a podredumbre de tantos corazones muertos,
mi alma entera se revuelca al ver tanta carne muerta caminar en el mundo de los vivos.

Ya todos han sido corrompidos por la felicidad, aquella llena de mentiras y sueños sepultados,
llenando sus corazones con amor, aquel que compran con rebajas y en cómodas cuotas precio contado.
Los rebeldes se han convertido en el adorno perfecto de una sociedad enferma de sida y cáncer,
una comunidad llena de nuevos hijos que se preparan día a día para aceptar su eterna agonía.

En cada rostro que pasa veo cada uno de mis temores consumado, apoderándose de los sin voluntad, de los valientes, de los ya envueltos en la red, aquella malla que atrapa para hacer tus “nuevos” sueños realidad,
en vista que los tuyo propios no sirven o no ofrecen la garantía de los nuevos, los acordes a los tiempo que vivimos.

El nuevo virus llamado modernidad ya a devastado casi todo,
es contagioso y no hay forma de escapar, ni tampoco una aparente cura que le haga el frente,
la ley es una, cubre tus ojos y tapa tus oídos, y no dejes ni un centímetro de piel a la vista,
olvídate de ser feliz y no dejes jamás de sentir el odio navegar por tu alma.

Es un sentimiento real producido por la falta de felicidad,
un sentimientos transparente como el agua de un riachuelo sin contaminar. Riachuelos que nos conducen al amor, aquel que esta generación a olvidado con tanto orgullo,
un orgullo demacrado por sus propias creencias, inconsecuencias que ni siquiera un burro comete.

Ahora me encuentro de rodillas ante el mar de peces muertos por la felicidad de un viernes santo,
navegando entre bosques talados ya sin plantas consumido por el apetito insatisfecho de un vil vegetariano,
hoy camino lleno de lágrimas por las tierras muertas que algún día nos vieron crecer llenas de felicidad,
tierras que hoy solo desean la muerte, nuestra muerte, la muerte de los traidores sin cabeza.

Mis lágrimas no hacen mas que consolar mi propio egoísmo, mi propia tristeza, quisiera volver a ser un niño y volar como las gaviotas sobre el eterno mar acariciando las estrellas,
bajar a ratos a las profundidades de el océano convirtiéndome en un bello pez de escamas doradas,
pero ya no soy un niño, pronto el virus cubrirá mi mente, mi corazón, pronto el infierno se abrirá ante mis sentidos.

Ante la vida miserable que vivimos,
Ante el anhelo perdido que dejamos en una caja de juguetes olvidado.
Sueños de ángeles que hoy se han convertido en los más grandes y malditos demonios.

vampiroscuro


Está es m ivisión de una sociedad que muera día a día, una muerte que nos arrastra de un u otra forma a todos, quitandonos día a día nuestra tan preciada libertad, nuestros tan anhelados sueños, nuestros tan y unicos sentimientos.

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