Mi rostro ha quedado dominado por la angustia,
Un nefasto pensamiento lo ha dejado nadando entre un cielo desierto,
Mis sentimientos se revuelcan en su tumba,
Aquella que con tanto sacrificio han cavado, con tanto esmero.
Estoy precipitando el final tan esperado,
El anhelo crucificado entre las murallas invisibles de mi alma,
Entre la estaca clavada en mi corazón,
Sobre las cenizas de un ave que jamás a de resucitar.
Las palabras se vuelven, se quedan mudas,
El espanto a decidido marcharse,
Dejarme en soledad,
Las lágrimas esta noche sobran.
La lluvia llena a ratos el vacío de tu partida,
Gota tras gota,
Gotas que acarician mi rostro desolado,
Que descienden para en un instante perderse.
Yo te veo desde este lado de la vida,
Desde este camino oculto para los ojos de muchos,
El reloj marca segundos falsos,
Minutos eternos sin tu compañía.
Estoy caminando de tu mano,
Sin embargo tú estas al otro lado del espejo,
Tengo miedo a quebrar este vidrio que me consuela,
Este, que me consuela con una falsa imagen.
Quisiera volver,
Pero no puedo, ¿Acaso no sientes mis gritos desgarrados sobre tus oídos?,
La angustia momento a momento se adueña de mis impulsos,
El arrebato me hace su presa perfecta.
Tengo miedo a fallar,
Tengo miedo a siquiera trizar el espejo,
miedo a descomponer tu infinita belleza, mi consuelo,
Mi amargo e indiscriminado consuelo.
El final llega a su momento,
No me quedan fuerzas para evitarlo,
Evitar lo uno o lo otro,
Evitar lo que jamás he podido siquiera intentar evitar.
Tu me miras en este instante de incontrolables emociones,
Los gritos sacuden este cielo desconsolado,
Paran esta lluvia que provocan mis lágrimas,
¿Toca mi mano?, los gritos enmudecen la faz del infinito,
La faz de mi infinito,
Espérame, si tengo fuerzas, tu tienes fuerza,
El espejo se rompe,
La realidad se distorsiona...
La realidad se quiebra en mil pedazos...
¿Será prudente abrir los ojos?...
Espero que sí lo sea...
Espero... lo sea...
vampiroscuro
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