25 de septiembre de 2007

El pianista de los pies del manantial

Corrí a ver tan hermoso sonido
que se acercaba a mis oídos
como la lluvia se acerca a bañar las hojas
de esté tan inmenso y grandioso bosque.

Las teclas tronaban y rebotaban
en lo más alto y profundo del nublado cielo,
incluso la tierra retumbaba
mi cuerpo entero se deshacía ante la exquisitez.

Sobre mi cabeza las inmensas hojas vibraban
excitadas, frenéticas, orgásmicas,
estimulaban mis pasos apresurados
distraían y a la vez complementaban la sinfonía
en mi interior descolocado, ausente, eufórico,
inherente a cualquier pensamiento o razonamiento lógico.

No había una voz, no había otro instrumento,
solo las teclas y sus notas navegando
cabalgando en esta inmensidad
desconocida, bruta, virgen, sin diseño,
amoldando los salvajes truenos a su antojo,
atrayendo en armonía suaves gotas
desarmando caótica cada pisada apresurada.

Corrí y corrí acercando a mis oídos la tentación
llevándolos a aquel sitio donde un sueño
se levantaría heroico ante su atónita finura.

Pero las pisadas se atarantaron a una ilusión
y se convirtieron en el sueño,
los ojos se nublaron y las pestañas cesaron en su acción,
la vida misma se desenfreno en un último suspiro
decaído y a la vez adrenalinico,
la tierra se acabo, la melodía trono desafinada
un último acorde y una última tonta sonrisa,
la fiebre de la perfección no me dejo expresar coherente mi tristeza,
me dejo caer por donde la tierra no existe.

El barranco se tendió a mis pies
lo hice mío vivo, y siendo mío, es que me vio morir,
la última descalibrada nota,
el último olvidado pensamiento.
Los sentimientos quedaron parapléjicos al escuchar la melodía.

vampiroscuro…
22/09/2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me causó algo
no podría explicarlo




debe ser muy lindo por allá
algun día iré al sur

vampiroscuro dijo...

Lo es, especialmente cuando logras sentir y hacer tuya la naturaleza.

Gracias por el comentario.

saludos...
vampiroscuro...